sábado, 29 de noviembre de 2008

Summer holidays

Última semana de clases.

Uno ya tiene la cabeza en el sol, la pileta y el ocio, pero sin embargo tenés que tratar de que tus cien mil neuronas estén en contacto con el estudio para aprobar todas las materias y estar todo el verano tranquilo.
Profesores buenos, malos, estúpidos, insignificantes... no importa en que categoría se encuentren, absolutamente TODOS te cierran la nota en la misma semana. Pareciera como si se reunieran en el bar de la esquina cada año y firmaran un contrato que acuerda : " La última semana de clases vamos a hacer trabajar a los alumnos el doble para que sufran". Y definitivamente lo logran.
Así que uno tiene que andar despertándose temprano y acostándose tarde para terminar todos los trabajos prácticos y estudiar para todas las materias, que por más interesantes que sean, a esta altura del año. un adolescente no piensa en nada que no se relacione con las vacaciones. Pero por más que estés con ojeras, muriéndote de calor encerrado en el colegio ponés tooda tu concentración en el estudio porque sabes que es para tu bien y que pronto no tendrás que tocar la carpeta por un par de meses.
Vas tachando los días que faltan para tu libertad temporal hasta que llega el último día (oh yeah!). No más sufrimiento, no más soñar que te llevás alguna materia, no más despertarse temprano para terminar cosas, no más estar dentro del colegio con un tremendo sol que te dan ganas de estar en la playa, no más NADA hasta el año siguiente. Por más que sos consciente de todo eso todavía no sos capaz de asimilarlo ya que todavía estas bajo los efectos de la última semana de clases.
Pasaron 3 días y todavía sigo bajos esos efectos. O sea que no sólo me torturan la última semana de clases, sino que también los primeros días de vacaciones. A eso lo llamo injusticia señores!
No puede ser que siendo sábado me despierte a las 8 de la mañana luego de soñar con el colegio. Peor aún, no puede ser que sea sábado a la noche y me sienta agotada por todos los esfuerzos realizados en la semana.
Pero no es momento de quejarse, así que me guardaré las cosas que quiero hacer este verano hasta que se me pasen los efectos post colegio. Por ahora me conformo con estar tirada en la cama viendo series y levantarme para comer algo cuando el estómago lo pide.