martes, 21 de abril de 2009

Henri Marie Raymond de Toulouse-Lautrec-Monfa Tapié de Celeyran

Pintor, grabador y dibujante francés postimpresionista, fue uno de los artistas que mejor representó la vida nocturna parisiense de finales del siglo XIX. Toulouse-Lautrec nació en Albi el 24 de noviembre de 1864, en el seno de una de las familias aristocráticas más importantes de Francia. Siendo adolescente se rompió las dos piernas y, a causa de una enfermedad congénita que le provocaba falta de calcio, durante el resto de su vida conservó un torso normal pero las piernas no le crecieron. Su habilidad para el dibujo fue en principio estimulada por su tío, el conde Charles de Toulouse-Lautrec, así como también por René Princeteau y John Lewis Brown, artistas aficionados amigos de la familia. Más tarde estudió pintura con los academicistas franceses Joseph Florentin Leon Bonnat y Fernand Cormon. Toulouse-Lautrec frecuentó los coloristas y animados cabarets del distrito parisiense de Montmartre, como el Moulin Rouge, y atrajo con su ingenio y locuacidad a un nutrido grupo de artistas e intelectuales entre los que se encontraban el escritor irlandés Oscar Wilde, el pintor holandés Vincent van Gogh y el cantante francés Yvette Guilbert. Visitó también con asiduidad el teatro, el circo y los burdeles. Los recuerdos e impresiones que sacaba de estos lugares y de sus personajes más destacados los plasmó con gran maestría en retratos y bocetos de sorprendente fuerza y originalidad. Ejemplos característicos son La Goulue entrando en el Moulin Rouge (1892, Museo Toulouse-Lautrec, Albi), Jane Avril entrando en el Moulin Rouge (1892, Courtland Gallery, Londres) y En el salón de la calle des Moulins (1894, Museo Toulouse-Lautrec). Su vida desordenada, su alcoholismo y un ataque de parálisis le llevaron a abandonar su estudio para refugiarse con su madre en el castillo de Malromé, propiedad de la familia, donde el 9 de noviembre de 1901 falleció. Toulouse-Lautrec fue un artista muy prolífico. Realizó gran número de óleos, dibujos, aguafuertes, litografías y pósters o carteles, así como también ilustraciones para varios periódicos de entonces. Muchas de sus obras se conservan en el Museo Toulouse-Lautrec en Albi. A su peculiar y personal estilo incorporó elementos de otros artistas de la época, especialmente de los pintores franceses y Edgar Degas Paul Gauguin. El arte japonés, de moda en París por aquellos años, ejerció también su influencia en Toulouse-Lautrec, con sus contornos fuertemente marcados, su composición asimétrica y la utilización de manchas de colores planos. Su obra inspiró a Vincent van Gogh, Georges Seurat, Georges Rouault y a todos aquellos artistas interesados en el trabajo de litografías y carteles.

domingo, 19 de abril de 2009

Domingo de confesiones

1- No solo no se mentir, sino que además suelo ser MUY sincera.
2- Odio a los fanáticos del futbol. Tipo esos que se ponen de nick BOCA SOS MI VIDA, TE AMO. (sorry Sanju :p).
3- Estoy hasta las manos con mi novio (de enamorada, claro).
4- Soy la persona más vaga del mundo.
5- Tengo incontables contactos en el msn de los cuales les hablo a 10 como mucho
6- No suelo llevarme bien con los machistas (la única excepción es Joa)
7- Tardo como dos horas como para despertarme del todo.
8- Las pepas son las mejores amigas que tuve en mi vida.
9- Tengo muchos amigos hombres y vivo tocándolos y abrazándolos sin importarme que varios digan que soy una trola.
10- Tengo el orgullo hasta Plutón.
11- Admito ser un poco superficial.
12- Duermo todas las noches abrazada a Marilyn o Papatito (peluches que me regaló Facu)
13- Soy adicta a la computadora.
14- Sigo guardando todas las cosas de mis ex novios en una caja y de vez en cuando la abro para recordar aquellas épocas.
15- Cuando escucho Sabina me voy a otra galaxia.
16- Aunque sea una persona muy alegre lloro todas las semanas por cualquier cosa.
17- Le pegaría a la gente que me pregunta como hago para escribir con la mano izquierda.
18- El tequila me hace sentir de una manera extraordinariamente genial.
19- Me atraen los menores (no menos de 13 eh)
20- Extraño mucho a mi hermano, mi primo y mi abuelo.
21- Estoy obsesionada con los bebés.
22- El 50% del tiempo soy una chiquita inmadura.
23- Tengo varios complejos con mi cuerpo.
24- Soy adicta al ibupirac.
25- Me cuesta ser demostrativa.



Con mis pepas queridas (L)

domingo, 5 de abril de 2009

El caso de la rubia platino

Me adelantó un talón de setecientas, más gastos, sin contar otras quinientas en fichas del casino. Mi último tren llegaba con retraso, así que decidí aceptar el caso de la rubia platino.

Yo era un huele-braguetas sin licencia, quemado en la secreta por tenencia, extorsión y líos de faldas. Estaba, como buen ex-policía, a sueldo de un pez gordo, que sabía cubrirse las espaldas.

Ninguna zorra vale ese dinero, pensé, mientras dejaba mi sombrero nuevo en el guardarropa. Cantaba regular pero movía el culo con un swing que derretía el hielo de las copas.

Cuando salió, por fin, del reservado, sentí que las campanas del pasado repicaban a duelo. La última vez que oí esa melodía me recetaron tres años y un día, más IVA en la Modelo.

Para jugar al Black Jack y ser un duro, andar escaso de efectivo es igual que pretender envidar con un farol al futuro. No por casualidad me temen en los casinos, me daban diez de los grandes por el caso de la rubia platino.

Los besos que te dan las chicas malas salen más caros cuando los regalan y huelen a fracaso. Pero el croupier me echaba cartas buenas y la rubia platino era morena y el caso era un gran caso.

En un bistró, del puerto de Marsella nos fuimos demorando, entre botella y botella de Oporto

-”Los que pusieron precio a tu cabeza-le dije exagerando su belleza,- se habían quedado cortos”-Puede que me estuviera enamorando porque antes del café, cambié de bando, de hotel y de sombrero. Mi viejo puso un cuarto con dos camas fingiendo que la dama era una dama y su hijo un caballero.

Ni siquiera, señores del jurado, padezco, como alega mi abogado, locura transitoria.
Disparé al corazón que yo quería, con premeditación, alevosía y más pena que gloria.

Para jugar al Black Jack y ser un duro, andar escaso de efectivo es igual que pretender envidar con un farol al futuro. No por casualidad me temen en los casinos, diez de los grandes por seguirle los pasos a la rubia platino.

Para volver a ser alguien en el ambiente necesitaba un par de buenos clientes, algo para mis vicios y un despacho decente. No dan para comer las putas del barrio chino. Todos los lunes no me encargan el caso de la rubia platino.

Para no ser un cadáver en el tranvía, aparte de tener gramática parda hay que saber que las faldas son una lotería; con luz de gas brilló mi lámpara de Aladino…me daban diez de los grandes por el caso de la rubia platino.